Este artículo va dedicado a los que, como yo, son amantes de
los frutos secos en todas sus variedades y formas.
Pero ¿Qué comprenderemos como frutos secos? Los frutos secos
son todos aquellos que, sin manipulación humana alguna, tienen un contenido de
agua menor al 50%, lo que los diferencia de frutas secas o deshidratadas tales
como las pasas, las ciruelas secas, los higos secos, entre otros.
Existe una enorme variedad de frutos secos, entre los que se
cuentan las almendras, las nueces, los pistachos, las avellanas, las castañas
de cajú, el maní, las macadamias… ¡Incluso las castañas chilenas y los piñones!
Habiendo tanta variedad… ¿Qué propiedades tienen para
ofrecernos? Al ser altos en calorías son alimentos altamente energéticos, ricos
en proteínas y ácidos grasos insaturados como los omegas 3 y 6. Además, los
frutos secos contienen antioxidantes como la vitamina C y E, ácido fólico y elementos
como el potasio, calcio, fósforo, hierro, zinc, entre otros.
¿Qué quiere decir esto? Que el consumo de frutos secos puede
ayudarnos a mantener un sistema cardiovascular más saludable, prevenir enfermedades
degenerativas y el envejecimiento prematuro, además de disminuir el estrés, la
fatiga y el síndrome premenstrual.
¿Cómo consumirlos? Afortunadamente, los frutos secos son altamente
versátiles. Es posible consumirlos crudos o tostados, y pueden ser
transformados en mantequilla, aceite, harina o leche. Por si fuera poco, su
delicioso sabor los hace imprescindibles en diversas preparaciones saladas o
dulces.
En Delicias de la Abuela no nos cansamos de los frutos secos,
y por eso tenemos un montón de diversas preparaciones donde ellos son
protagonistas. Desde nuestras opciones en chocolatería hasta las más delicadas
tortas y pasteles.
¡Ven y descubre lo rico de comer frutos secos en Delicias de
la Abuela!
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